El avance fue posible cuando los científicos descubrieron que podían reproducir las funciones básicas de los microchips convencionales utilizando solo el "spin" (el giro) de los electrones (responsable por el magnetismo) en vez de la "carga" por transistor que suelen utilizar los microchips tradicionales.Este hallazgo hizo que los investigadores construyesen procesadores amontonados en 3D.
Uno de los científicos, Russell Cowburn, profesor de nanotecnología de Imperial College, compara este proceso con el uso de armarios en vez de una mesa para almacenar cosas. En palabras de este científico, "tradicionalmente hemos utilizado electrónica para microchips y magnetismo para discos duros". Esta ha sido la primera vez que se han combinado ambos enfoques para crear una nueva generación de microchips en 3 dimensiones que almacenan mucho más datos que una superficie plana de dos dimensiones.
Actualmente el equipo colabora con socios comerciales para desarrollar una nueva generación de hardware para ordenadores, y esperan contar con los primeros productos dentro de los próximos años.
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